CALDERAS DE BIOMASA.


Una caldera de biomasa es un equipo diseñado para acondicionar térmicamente una vivienda unifamiliar o cualquier otro tipo de edificios. Al igual que ocurre con las calderas de combustibles fósiles, definidas en el post anterior, las calderas de biomasa pueden dotar a los edificios únicamente de calefacción o de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS). La diferencia fundamental con las calderas convencionales radica en que no queman combustibles fósiles (gasóleo o gas), sino biocombustibles sólidos como pellets, astillas, huesos de aceitunas, cascaras de frutos secos, etc. 


La gran mayoría de calderas de biomasa presentan sistemas automáticos de encendido y regulación, llegando algunas incluso a retirar las cenizas que quedan tras la combustión, facilitando de este modo su manejo a los usuarios. Las calderas de biomasa modernas utilizan para la calefacción alrededor del 90% de la energía contenida en el biocombustible, siendo por lo tanto comparables a las calderas de gasóleo o de gas. A continuación se van a definir las calderas de biomasa en función de su tecnología y atendiendo a la clasificación, en cuatro categorías, que hace el Instituto para la diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) en su guía técnica de Instalaciones de Biomasa Térmica en Edificios.

  • Calderas convencionales adaptadas para biomasa. Suelen ser antiguas calderas de carbón adaptadas para poder ser utilizadas con biomasa o calderas de gasóleo con un quemador de biomasa. Su rendimiento es reducido entre un 75% y un 85%. Suelen ser semiautomáticas ya que, al no estar diseñadas específicamente para biomasa no disponen de sistemas específicos de mantenimiento y limpieza.
  • Caldera estándar de biomasa. Están diseñadas para un biocombustible determinado (pellets, astillas, leña, etc.), alcanzando rendimientos de hasta el 92%. Suelen ser calderas automáticas porque disponen de sistemas automáticos de alimentación de combustible, de limpieza del intercambiador de calor y de extracción de las cenizas.
  • Calderas mixtas. Este tipo de caldera permite el uso alternativo de dos combustibles, haciendo posible el cambio de uno a otro si las condiciones económicas o de suministro así lo aconsejan. Necesitan un almacenamiento y un sistema de alimentación de la caldera para cada combustible. Tienen un alto rendimiento, cercano al 92%, siendo calderas totalmente automáticas.
  • Calderas de condensación. Son calderas pequeñas, automáticas y para uso exclusivo de pellets. Estas calderas recuperan el calor latente de condensación contenido en el combustible bajando progresivamente la temperatura de los gases hasta que se condensa el vapor de agua en el intercambiador. Este funcionamiento hace que se pueda ahorrar el 15% de los pellets respecto a las calderas de combustión estándar, por lo que se pueden logar rendimientos de hasta el 103%. 
En la última modificación del Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE), publicada el 13 de abril de 2.013, se exige que los generadores de calor que utilicen biomasa tengan un rendimiento mínimo del 80% a plena carga, salvo las estufas de leña cuyo rendimiento será del 65%.

Esquema de Caldera de Condensación de Pellets.
Fuente: Ökofen

El beneficio principal que presenta este tipo de calderas es que la biomasa es una energía renovable ya que sus emisiones de CO2 a la atmósfera se consideran neutras, por lo que favorece de una forma muy significativa la eficiencia energética de un edificio, junto al elevado rendimiento que presentan estas calderas, que nada tiene que envidiar a las calderas de combustibles fósiles. Además hay que añadir el menor coste que, de momento, tienen los biocombustibles sólidos, en comparación con los productos derivados del petróleo y con el gas natural.

El inconveniente se encuentra principalmente en el precio de las calderas y sus componentes, que es superior al de las calderas de combustibles fósiles y en el espacio que se necesita para almacenar el biocombustible, superior al del gasóleo debido a su menor poder calorífico, y evidentemente al del gas natural ya que éste no necesita ningún tipo de almacenamiento de combustible.

Por último mencionar, que las calderas de biomasa pueden combinarse con un sistema de energía solar térmica, proporcionando de esta forma todas las necesidades de calefacción y ACS de la instalación. De este modo, toda la demanda térmica quedaría cubierta con energías renovables, reduciendo los costes de climatización y ACS de un edificio o vivienda.

Webgrafría: Ökofen.es, idae.es

Comentarios

  1. Las calderas de biomasa son el futuro ya que cada vez mas se van abriendo paso entre las calderas convencionales.
    saludos

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